Compartamos algunos cuentos
Durante los distintos Talleres de Gimnasia Mental sus concurrentes han escrito obras como las que podrán leer a continuación:
Mascotas
Autora: Sra. Nélida Viñas
18 /11/2009
Buenos
Días Honorable Cámara de Diputados. Hoy no van a concurrir los diputados al
recinto, sino sus mascotas para discutir algunas leyes que ellas consideran que
son muy necesarias.
El
primero en hablar fue Pelusa, un hermoso perro pequeño el que pide una ley que
obligue a su dueña a sacarlo de paseo todos los días y a poder comer comida
casera y no balanceada encerrado en la terraza a pleno sol.
El
tortugo pidió la palabra para pedir una ley que obligue a su dueña a ponerle un
jardín y no tener que esconderse bajo el lavarropas para poder dormir.
A
todo esto contestaron los pájaros pidiendo una ley que les permita vivir en
libertad y no todos juntos: canarios y jilgueros cantando con un ruido
ensordecedor y sin poder contemplar el cielo.
A
todo esto se agregó la queja de un hámster y su numerosa familia, que se
encontraban en una pequeña jaula pidiendo poder correr por el campo y no tener
necesidad de girar sobre una pequeña rueda para mantenerse ocupados.
En
ese momento se escuchó el ladrido de un enorme perro: Capitán que pedía una ley
que permitiera a su pequeño dueño que lo pudiera conservar a pesar de que su
padre no lo quería. A lo que se unió el
pedido de Birone, un perro Beagle de caza que lo único que quería era una ley
que obligara a su dueña a sacarlo de paseo, cosa que no sucedía porque él se
escapaba. Al finalizar el debate se escuchó el pedido de Quique un hermoso
conejo muy querido por su dueño, pero que quería tener una enorme familia con
muchos hijos y no se lo permitían.
Al
finalizar la reunión cada mascota volvió con su dueño en espera que se
promulguen las leyes, pero a la salida todos se acercaron a un hermoso árbol
que había en la puerta… y todos marcaron su terreno!
Crónica
Autora: Sra. Eduarda del Rio
11/11/2009
Año
1968.
Niñas
de 8 y 6 años. Papas.
Jaula
con 2 ó 3 canarios muy cantores.
Tía
embarazada.
–
“¿Y si compramos una canaria para que las nenas vean el nacer a la vida?”…
, para nido, arpillera
para el nido, huevitos.
Todas
las mañanas antes de salir para el colegio, a mirar a la canaria empollando sus
huevitos.
Cuando
por fin una mañana : - “¡Qué asquete! “– fue la exclamación a dúo.
Llegamos
a tener como 40 canarios en el jaulón: Pirata , Pinocho, Renguito, Manchado, etc.
etc. y los reconocíamos a casi todos.
La
Luna de Valencia
Autora: Sra. Elena Viñas
18/11/2009
¡Qué
despiole se armó después de lo que contamos sobre nuestras mascotas!
Parece
que este fin de semana pasado hubo un gran revuelo en la Luna de Valencia.
Es
que nos venimos a enterar que nuestras mascotas, que por distintas circunstancias
se retiraron de este mundo. Vaya a saber
por qué coincidencias, después de ambular de nube en nube, anclaron en la Luna
de Valencia. Aunque son nuestras mascotas, nosotros en muchas cosas también
coincidimos, no en vano estamos aquí.
Y
es así como se vinieron a conocer Quique (el conejo de Enrique), con Titilo (el
gato de Elena). Por supuesto están más viejos. Con sus largas barbas blancas y
sus anteojos, parecen 2 patriarcas.
Pero
no termina aquí la cosa, el hámster de Estela también eligió esta Luna, lo
mismo que el perrito de Lidya.
Así
es que decidieron ubicar a las mascotas que todavía están vivitas y coleando.
Quique buscó a Bizcocho que andaba por España y lo encontró enseguida. Titilo
le pidió por SMS ayuda al beagle Bayron (pues conoce sus dotes de rastreador).
Así es que husmeando y husmeando Bayron encontró a los pajaritos del papá de
Eduardita, que andaban por los árboles de la reserva ecológica de Costanera que tanto le gustan a Graciela. También
encontró al tortugo de Estela que
dormitaba plácidamente bajo el aloe vera de Marta. En la plaza de la esquina
aparecieron las crías de Hamster comiendo lo que encontraban, y a Capitán que
los entretenía con sus volteretas.
El
tema era cómo trasladar los que habitan la Luna de Valencia a Buenos Aires.
Al
conejo Quique se le ocurrió pedir ayuda a Labrador (eximio nadador) para que
guiara a la Luna de Valencia para cruzar el océano y anclar en la Reserva. Raudamente
Labrador puso manos a la obra y así se encontraron todos.
Realizaron
un cónclave y decidieron por unanimidad crear un Taller que reivindique el
principio: NO PODEMOS VIVIR LOS UNOS SIN LOS OTROS, LA MADRE NATURALEZA ASI NOS
LO DEMUESTRA TODOS LOS DIAS!!
Mi
Querida Mascota
Autor: Sr. Enrique Giaroli -
Noviembre de 2009
Era
una cosa negra y chiquita cuyo morro se movía constantemente y fue un amor a
primera vista. Nos miramos y supimos que éramos uno para el otro. Cuando mi padre
me lo entregó apenas si asomaba de su puño.
Lo
bauticé “Quique” como mi apelativo. Era un conejito de pelo muy negro y sedoso,
al que daba gusto pasar la mano sobre su lomo. Yo tendría por aquel entonces 9
años y él junto con una bicicleta, fueron los dos últimos regalos que me hiciera
mi padre antes de morir trágicamente en un accidente automovilístico.
Vivíamos
por entonces en un departamento en planta baja que se comunicaba con otros, a
través de un entretecho, que paso a ser la casa de “Quique”. Allí subía yo
todos los días para ponerle pastito tierno y zanahorias que era lo que más le
gustaba.
A
medida que fue creciendo pasó a ser la mascota del barrio, por lo menos de mi
barra ya que se hizo amigo de todos. En temporada de verano ante una indicación
de mi madre, recorría media manzana y se paraba en sus patitas traseras para
hacerme notar que era la hora de volver a casa.
El
día de su “desaparición” entre comillas, junto con la muerte de mi padre deben
haber sido las dos cosas que más me hicieron llorar en mi vida, y le pido
disculpas por no haber sabido expresar del todo, en estas líneas todo lo que yo sentía por él, mi
querido conejo “Quique”.
Mi
Mascota
Autora: Sra.Celia Siritto
07/12/11
Conocí
a “Lila”, mi actual mascota, cuando hace 12 años mi marido apareció en casa, con
una perrita bretona preciosa, de 3 meses, semi adiestrada, había que concluir
esa obra y continuarla. Yo sabía que él lo iba a lograr, dada su pasión por los
animales y su conocimiento sobre los mismos, pero yo me resistía pensando en
los olores, su baño, las vacunas, las visitas al veterinario, sus salidas
diarias, etc., etc. y siempre me mantuve distante. Hasta que murió Carlos y
ella se resistió a comer y a tomar agua. Fue cuando yo la lleve al consultorio
veterinario y me dijo: “Es un animal, vos vas a pasar a ser su amo”.
Así
que cambió totalmente su personalidad y pasó a ser sociable, cariñosa y
expansiva, en vida de mi marido nadie se podía acercar a él, porque hasta
intentaba morderlo, así hacía cuando llegaban mis hijos con sus familias. Ahora
eso no le importa y juega y sale a pasear con quien la lleve. Simultáneamente
le detectamos un tumor de mama, que no modificó su conducta y que por consejo
médico y dada su edad, se decidió no operarla y esperar la evolución natural.
A
mí nunca me habían interesado los animales, a pesar de haber convivido con: perros,
patos, corderos, caballos, hasta gallaretas, etc. en mi niñez.
Creo
que nunca los miré.
Pero
este es un legado del que me ocupo y me preocupa, además me recibe cada día con
afecto, mirándome a los ojos y esperando que tome las llaves para salir a
pasear o asediándome cuando llega su hora.
Es
un regalo del que “me enamoré”.
El
calidosos Flaco del Tango y sus compañeras y cumpas del Taller
Autor: Sr. Jorge Gullco
Noviembre de 2011
Cuando Adriana planteó en
nuestro TALLER MEMORIA CON YAPA la posibilidad de compartir una reunión con
grupos de gimnasia mental que se desarrollan en otros centros institucionales
de la ciudad de
Buenos Aires para que
conociésemos en conjunto esa labor, lo primero que se me ocurrió fue transmitir
lo que podría ser una crónica viva de lo que hacemos habitualmente en el grupo.
Imagino que los otros talleres
bocetarán cosas parecidas.
Por qué me detengo en este
esquema? . Las acciones que acostumbramos hacer surgen en función de los
"disparadores" o programas encarados por la Coordinación o de las
iniciativas que surgen espontáneamente en
el grupo con motivo de cuestiones circunstanciales de interés público
o acontecimientos del orden local o internacional que pueden hacer vibrarnos a
unos y otros. Estimo que estas experiencias adquieren una riqueza conceptual,
emotiva y didáctica de indudable valor para quienes
protagonizamos las sesiones. Porque siempre, siempre, generan situaciones
gratificantes. Ya sea por el tema que se está tratando o por los personajes que
intervienen. Esta es la estructura sobre la que se apoya nuestra
instalación de hoy.
TANGO
e INDICIOS son factores asiduos en el grupo. No son los únicos,
claro está.
Deparan
intercambios jugosos, divertidos, instructivos. Y hasta sorprendentes. Es
que contamos con Ricardo, el calidoso Flaco del Tango,
un personaje impar. Mágicamente, hablando
de tango el intercambio con él genera emotivos espacios de rememoración de
hechos,
situaciones, lugares de la ciudad, cosas que prácticamente todos
hemos vivido tanto
por experiencias propias como que hemos absorbido en el curso de nuestras existencias
por la dinámica historia cultural porteña.
Porque
además de la freática - por lo vital y refrescante- memoria de este tipo
singular, el estilo con que expresa sus ideas y recuerdos constituye un
riquísimo aporte de calidad humana. Exagerando un poco diría que torna multicolor
la imagen de este grupito de veteranas y veteranos muchas veces agrisados
por circunstancias
individuales.
Y la paleta o pinceles de esta obra es armonizada por la Coordinación
que desarrolla y le da envión a estos emergentes y optimiza el conjunto dotándolo de mayor sentido,
incrementa la calidad de las emociones, de
las sensaciones percibidas y de los conocimientos que se aprenden y aprehenden.
En
síntesis, el Universo Tango con el que convivimos los rioplatenses es un
fecundo
disparador
en nuestro taller de gimnasia mental y nos regala, como en este caso, la oportunidad
de conocer bastante a un genuino representante del ejercicio de memoración que
nos brinda simultáneamente su bonhomía y calidez. Esta sana influencia es
a no dudarlo realmente destacable.
Ocurre
que la mención y y repaso de obras tangueras y de sus responsables lleva
gravitatoriamente
a meterse entre los meandros de períodos históricos y lugares. Da para discurrir sobre el lenguaje que hablábamos y
hablamos, acerca de modas, ritmos dancísticos, publicidad, manera de
comunicar noticias, radio, tv, etc.
Y
esta experiencia referida a un tema y a un personaje podríamos tomarlo como
ejemplo o módulo
de lo que puede estar sucediendo con otros grupos de dinámica mental, en los cuales los ingredientes pueden ser diferentes, pero
los resultados quizás son equivalentes.
Esta
instalación o mostración que estamos presentando puede articularse de variadas
maneras.
Quizás con un juego de Indicios para detectar características de obras
determinadas.
O
armando el Juego de "Pregúntenle a Ricardo" en un
hipotético "Club de los Memoriosos del Tango" suponiendo que encontremos
al estimado amigo en algún momento propicio y respondiendo espontáneamente lo que se le
ocurra y según se le interrogue.
Ilustrando
con apoyo sonoro la pieza de la que se hable. Y bailando Ricardo, claro.
Permítanme repetirme. RICARDO EL FLACO
DEL TANGO. Realmente un caso curioso de capacidad memorística,
con gran don de gentes, un dechado de amabilidad y genuino aprendiz de
cosas a cada momento.
Ricardo es un porteño setentón/ochentón, alto,
delgado, con una constante gorra cubriendo su pelada, imagino,
porque nunca se la ví. No lo concibo sin su tocado.
Me identifiqué con él desde el principio de nuestro
conocimiento hace un par de años,
porque el hombre es de Villa Urquiza, mi barrio
natal, y solemos coincidir en recuerdos sobre potreros, callecitas,
veredas, barriletes, patios y demás aventuras que también Borges supo describir.
Como ese poema dedicado a Villa Urquiza cuyo
original manuscrito en los años ´20 con esa su letrita paqueta y
ordenada se conserva en mis archivos familiares, resultado de inspiradas publicaciones
cuasi artesanales de entonces.
Ricardo es un tipo que ha mamao tango desde
siempre.
Según nos comenta toda la vida se ha dedicado,
además, a la milonga, pero a la milonga auténtica, no a las que se experimentan en clubes
presumidos, lunaparkes y otras desnaturalizaciones turísticas.
Es un flaco calidoso, desde su expresión
facial hasta su verba, dulce, amistosa, para nada engreída ni
agresiva. Se hace querer por todos y lo admiramos con ganas. Resulta
que amén de sus cualidades
personales, el amigo conoce de tango y todo lo que eso implica: un universo de
saberes, que resultan normalmente alejados del común de los porteños veteranos aunque muchos pretendan considerarse juanmondiola o
equivalentes.
Es cuestión de mencionar o canturrear un tango, o
una canción, o una milonga para que se iluminen sus ojos como si
hubiese hecho click de computadora para oirle expresar: por ejemplo, ésa es una
versión de Fulano, de 1938, con la orquesta de Merengano, el cantor es Perengano, pero hubo
otra con la orquesta de Refulano del año 42, con las voces de Truco y Envido.... Y así por el
estilo. Y muchas veces, nuestra oportuna psicóloga coordinadora se acopla a esa movida,
le hace plick a su cajita mágica computadora digital y nos sorprende gratamente dejando
escuchar las notas y voces mencionadas.
Así es. Si hablamos de milonga, El Flaco las
conoce todas y las bailó todas incontables
veces en clubes barriales y piringundines de la más
variada estofa. Tiene facha espigada, elegante, y siempre aparece bien afeitado y vestido
y hasta con los zapatos lustrados
y brillantes, imagino,
porque siempre nos miramos a los ojos, frente a frente, chamigo ....
Ricardo ha ejercido variadas actividades desde su
niñez humilde. Entre otras, fue camionero, taxista, y creo que
colectivero también -como lo fue el Polaco Goyeneche- y ha recorrido tanto todo el país argentino
como la capital porteña. Preguntale, por ahi por dònde está Ombú, la casi única calle
circular de Buenos Aires, te mirará sonriendo, enarcando las cejas y dirá dulcemente, ahí en
el barrio de las embajadas en Palermo, y hay otra, de eje circular incompleto La Haya, en un
recodo chiquito de Parque Chas....
El Flaco es como para que le disparen preguntas en
torno de vocalistas, directores e
instrumentistas de orquestas típicas, compositores
auténticos o aquellos que se afanaron obras no registradas. O sobre boliches, denominaciones
arrabaleras o lo que se te cante; generalmente te responderá acertadamente, y si no
lo sabe lo dirá con un querible "no lo sé"... Siempre está aprendiendo
nuestro Flaco del Tango...
- - - - -
Hay otros personajes en el grupo, citemos a Clara,
que es una especie de clon de Ricardo en versión femenina, pero
de otra formación cultural, con muy estudiados conceptos, y a quien su gusto por
las temáticas tanguísticas se extiende, asimismo, a su pasión
por esa danza.
Y están Antonio, porteñísimo siciliano que debe ser
uno de los más apasionados
escuchadores históricos de El Zorzal del
Abasto, que desde los tiempos de la radio a
galena, las radios capilla, y los incipientes
transistores sigue poniéndole oreja a las emisoras que cultivan el recuerdo
de El Morocho. Y quien nos alcanza reciencito sus sentidas pero elaboradas definiciones:
"Yo pienso que el tango es la música popular que permite expresar en forma armónica y
sensual lo que uno siente o sintió por acontecimientos que presenció o compartió en su vida
cotidiana".
Y mencionemos a Raúl, talentoso violinista de
agrupaciones sinfónicas y orquestas típicas afamadas de todos los
tiempos, quien suele departir apasionadamente con unos y otras mientras escarba detalles
de su abundante anécdotario.
Incluyamos a Sara, exquisita coreuta con declarada
vocación por la música antigua y por toda experimentación sonora de genuina
sensibilidad, desde los madrigales románticos, los cantos gregorianos y
las expresiones creativas electroacústicas de los compositores contemporáneos.
Digo la delicada Sarita que muchas veces nos sorprende tarareando Mano a Mano o trayendo
underrepente algún verso milonguero de los tiempos de Niní Marshall.
Pero bueno, vecinas, vecinos, esas son otras
historias. Las de Hilda, de Juan, de Jorge, de Mercedes uno y
Mercedes dos, de Elena, de Enrique, en fin....
Propias de los hijos y moradores de nuestra multifacética
ciudad.
Experiencias de vida que también nos transmiten
María Celia, Rubén, Raquel, Margarita, Elizabeth, Antonia, Aldo, María
Esther...
Estas estimadas hebras individuales entretejen un
ñanduty existencial particularmente atractivo que visualizamos en
jardines, pasillos y salones del taller, mientras nos acompañan
silenciosa, indiferentemente, los robustos gatos del Ameghino , la gran
higuera, los canteros revitalizados por "las chicas
jardineras"...
Historias que con sus más y sus menos nos tocan a
todos los porteños
y porteñas.
Nos autocalificamos como Taller de Memoria con
Yapa....Por eso: Chan ... chán!